jueves, 7 de julio de 2011

Reseña: “SUPERMAN VS. MUHAMMAD ALI” de Dennis O'Neil y Neal Adams.

Dentro de tanta historia fumada, loca o bizarra que ha parido el mundo, existía una en particular que siempre llamo mi atención. Y es ahora luego de años de buscarla, que al fin he dado con ella. Hablo del clásico de 1978 Superman vs. Muhammad Ali, escrito por Dennis O'Neil y dibujado por el también grande Neal Adams.

Primera página: Lois Lane, Clark Kent y Jimmy Olsen pasean por las calles de una ciudad indeterminada, tratando de dar con un rumor bastante curioso. Pagina dos: el trío de periodistas se encuentra de repente cara a cara con la leyenda del  deporte Mr. Muhammad Ali, quien goza haciendo quedar en ridículo a un grupo de chavales en un sencillo juego de basketball: “-¿Eres también campeón de baloncesto Ali? En el ring soy el mejor Luisito, en la cancha solo soy magnifico” Siguiente pagina: un misterioso ser llegado del espacio  exterior irrumpe exigiendo que el campeón de la tierra se enfrente a uno de los suyos, batalla en la cual se decidera el destino del planeta tierra. ¿Pero quien es en realidad el invencible luchador que representara a nuestro atribulando mundo? ¿El campeón indiscutible de los pesos pesados, o el hijo adoptivo de Krypton? Al parecer solo una pelea en el ring decidirá tan delicado asunto. Lo que sigue es la continuación es  una historia pasada de roscas en la cual se intentara, con toda clase de giros arguméntales, dar coherencia a tan dispareja lucha, sin que ninguno de sus protagonistas quede mal librado o se llegue a aburrir al lector.

Superman parece en algunos casos un personaje secundario, que sirve de excusa para que el buen Ali se luzca frente al mundo. Por su parte el boxeador es retratado perfectamente, sin que disimule una pizca su natural  “elocuencia” y total arrebato a la hora de entablar peleas verbales fuera del ring, ni hablar de su “humildad” o “sumiso” comportamiento.

Por su parte el comic parece una oda al famoso atleta, los artistas se encuentran entregados única y exclusivamente a reforzar la leyenda del boxeador, permitiéndole acciones que parecerían inconcebibles a cualquier otro mortal. Y no solo me refiero a la mítica escena donde Superman cae inconsciente por culpa de los puños de Ali, también observaremos como el hombre de acero es instruido en el deporte de las narices chatas, mientras es tratado como un mocoso por su posterior contrincante. Al final también descubriremos que Muhammad Ali no solo es fuerte, alto y guapo, también resulta un consumado detective capaz de descubrir la identidad del superhéroe más grande de todos los tiempos. Situaciones no tan sorprendentes, si tenemos en cuenta los rumores que dicen sobre el boxeador y sus agentes inmiscuyéndose en todo el proceso de creación, así como de las condiciones impuestas por Muhammad Ali para que su nombre haya sido utilizado.

A pesar de todo, también es de recocer la intención de sus autores al crear un relato de inclusión interracial, donde más de uno puede ver a Superman como un símbolo del prototipo americano, blanco y rosado, el cual es igualado y superado por su símil de raza negra. Todo un hito si tenemos  en cuenta la turbulenta época en que se imprimió esta obra.


En conclusión el relato, aunque algo sobrado (como todo buen abogado sabe, el papel aguanta todo), sirve como un curioso entretenimiento, donde  encontraremos entre sus páginas, una de las más curiosas luchas (y linchamientos) que ha sostenido el hombre de acero, sin contar con varias escenas que podrían catalogarse de históricas, si no fuera por la poca relevancia que tiene cada una de ellas para la continuidad del personaje. Al mismo tiempo contiene magnificas secuencias que podrían hacer pensar de Neal Adams como el candidato perfecto para trasladar al comic, la vida, obra y gracia de Rocky Balboa.


Sobre el origen de la historia existen muchas versiones y ninguna de ellas confirmada oficialmente: que fue inspirada en la canción de Johnny Wakelin And The Kinshasa Band llamada Muhammad Ali - Black Superman, que en realidad fue otro de los tantos ardides publicitarios creados por Don King, que fue Muhammad Ali quien patrocino el relato para poder presumir haber logrado noquear a mismísimo Superman…  Como sea el cuento pareció quedarse corto cuando pocas semanas entes de publicarse el comic, Muhammad Ali perdió su titulo ante Leon Spinks. Como sea Ali no puede negar que obtuvo un inmejorable premio de consolación.




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